Esta instalación sonora presentada en el CC Convent de Sant Agustí de Barcelona dentro de la II muestra de artistas vinculados a la creación sonora está basada en el proyecto Undermine presentado en 2009 en la galería ATM Contemporary de Gijón, muestra un trabajo de relación entre la idea del ensordecimiento del sonido y la enclaustración provocada por los derrumbamiento mineros. Se trata de un site-specific generado para una de las celdas del Convento de Sant Agustí de Barcelona en la que se recogieron diferentes cartografías sonoras del interior de espacios antiguamente dedicados al culto.
La instalación consta de un altavoz que proyecta una pista editada sobre la membrana de cartón de un altavoz recubierta de limaduras de hierro. Cuando surge el sonido, se inicia la dualidad y el juego entre audición y sensación, (El material que tapa el cono provoca el efecto Sordina, aislando el sonido). A medida que avanza la pieza, los golpes producidos por los sonidos de bajas Frecuencias (de entre 10 a 40HZ), liberan poco a poco de material la membrana y el espectador con el paso del tiempo puede percibir cada vez mejor la calidad del sonido que se reproduce y percibir que son los sonidos de la obra.
La dualidad surge de la propia inercia del sonido y el imán del que está compuesto el altavoz. El sonido expulsa el material hacia el exterior pero el campo magnético generado por el imán del altavoz que transforma los impulsos eléctricos en ondas, vuelve a atraer hacia sí una gran cantidad de material. De este modo la pieza solo alcanza el nivel de audición óptimo hacia el final de la pista y permite al espectador tener una clara consciencia del mensaje auditivo. Otra característica que conecta con el espectador es la transmisión de la resonancia a través de diferentes sensaciones que se perciben más allá del propio sonido, generadas por la vibració.