Todos experimentamos y tenemos una idea exacta del què es el tiempo. Conocemos el pasado, el presente y el futuro. Pero el tiempo es una construcción antropológica, una convención medible que intenta enmarcar los acontecimientos naturales que el ser humano ha ido observando des de los inicios de la civilización. La vida en nuestro planeta está ligada a los diferentes ciclos. La repetición del día y la noche, las estaciones del año, las horas del día, las órbitas alrededor del sol y una vida estructurada por las señales horarias y el calendario, nos proporcionan la experiencia del tiempo como un flujo constante que es repite.
En nuestro día a día, seguimos entendiendo el tiempo con una visión Newtoniana y nuestra percepción de este nos hace sentir como si viviéramos en una construcción de la realidad que se muestra a través de intervalos sucesivos de acontecimientos. Bajo esta concepción Newtoniana del universo, los artistas siempre han intentado plasmar la idea de los ciclos del tiempo. Des de las primeras representaciones pictóricas del mundo Egipcio, pasando por los calendarios de las culturas mesoamericanas o incluso en las vanguardias Europeas (dentro del movimiento impresionista, donde podemos encontrar la icónica representación pictórica de los diferentes versiones de la Catedral de Ruán de Claude Monet evidenciando los cambios en la luz y el color, a través del paso de los diferentes estaciones). También en la música y la literatura, observamos como esta idea cíclica ha originado composiciones como las 4 estaciones de Antonio Vivaldi o la obra poética; 4 sessons fill be the messure of the year del poeta Romántico Inglés John Keats.Pero en realidad, la física actual nos presenta una idea totalmente diferente del tiempo y nos induce a pensar que lo único que existe es la concepción del ahora. El pasado son los recuerdos y el futuro las expectativas.
La teoría de la relatividad rompe con esta linealidad del tiempo y nos muestra que el mundo en el cual vivimos, no es realmente así. En realidad el entendimiento del tiempo que tenemos es un concepto extraño. El tiempo no es una constante universal, y de esta forma el pasado, el presente y el futuro, no son absolutos, sino que cambian a través de la mirada del observador. La teoría de la relatividad de Einstein postula que el tiempo es relativo al movimiento en el espacio, por lo tanto relativo a la posición del espectador sobre el fenómeno observado.Durante nuestra vida experimentamos el tiempo como una sucesión de acontecimientos continuos, una serie de imágenes superpuestas los unes sobre los otros, que conformen la realidad. Pero para cualquier espectador que se aleja de nosotros a gran velocidad, nuestro presente deja de existir y únicamente puede acceder a nuestros acontecimientos pasados (efecto Redshift, o desplazamiento en el rojo). De igual forma, si el observador se acerca des de un punto lejano en el espacio a gran velocidad, el observador solo podrá visualizar nuestros acontecimientos futuros (efecto Blueshift, desplazamiento al moratón). La física actual nos presenta la idea que no existe un presente singular, sino que todos los momentos son igual de reales y existen siempre en el ahora. Todo el que ha pasado des del inicio del Big bang hasta el momento en que el universo finalizará, existe en un ahora simultáneo y únicamente depende de la velocidad y la distancia del observador para determinar qué punto de la realidad es capaz de percibir.